Narra Kendrick
Taddeo me observa cruzándose de brazos. Esta molesto y lo peor es que no entiendo porque esto es mi culpa. Pero, Taddeo no se mueve de la entrada del baño y no deja de mirarme con enojo.
— Como veo las cosas, necesita su espacio. — digo al comprender lo que ha dicho de su ovulo.
— No me iré. — dice Taddeo con firmeza.
Están los dos molestos y parece que la culpa es mía, lo que no entiendo, es por qué. Solo me sorprendí cuando Taddeo dijo esa oración tan larga sin titubear, acortar esta o usar un tono de voz frío.
Lógicamente, no le presté atención a lo que dijo y fue eso, al parecer, lo que desencadenó todo este caos.
— No puedes culparme por algo que le dijiste. — digo mirando fijamente a Taddeo y este golpea el piso con su pie, mostrando su frustración.
Es claro que la idea de negociar con ella mi propuesta, no será posible esta noche. Por lo que, miro a mi alrededor comprendiendo que Taddeo no puede quedarse aquí. Por ello, miro al pequeño y camino hacia él, cuando