Muevo mi pierna debajo de la mesa porque no puedo dejar que sentirme nerviosa con ese hombre frente a mi, necesito que Bris llegue o voy a tener un ataque de nervios. Siento que las manos me sudan y un cosquilleo en el cuello me hace rascarme sin parar.
—¿Te quedaste sin palabras?
—Cualquier mujer lo haria con lo que acabas de pedirme, ¿Que tipo de mujer crees que soy?
—Un muy inteligente, por supuesto —dice encendiendo un cigarro que me hace arrugar la nariz. Odio ese olor
—No se que está buscando, señor, pero le voy a dejar claro que no lo conseguirá, no pienso pasar con usted ni una noche —digo con la respiración acelerada cuando siento como se acerca a mi.
—Soy un caballero, aunque los demas digan lo contrario, por eso estas aqui frente a mi, de lo contrario estarias en mi casa y mi cama desnuda como yo quiero —me muevo incomoda en mi lugar por sus palabras.
—Estas en mi espacio personal, porfavor aléjate de mi —digo sin quitarle la mirada de encima.
—¿Te pongo nerviosa? —di