Seis meses antes:
Viktoria:
—No puedo hacer esto—intento quitamelo de encima pero él no se mueve.
—¿Por qué no? — me pregunta abriendo los botones de mi blusa, antes de subirme y dejarme abierta de piernas sobre su regazo— Nadie lo sabrá. Será nuestro pequeño secreto.
Me obliga a que lo mire, clavando sus dedos en mi cara y la forma en la que me mira a los ojos hace que mi humedad traspase la tela de mis bragas. Sé que no estoy siendo una persona sensata
Se aferra a mi nuca y me lleva a su boca mordiéndome, mareandome, perdiéndome en este filo peligroso.
— ¿No te gusta?
—Es que no está bien.
—El que te Mariela la verga la vez pasada y lo disfrutaras tampoco estaba bien—Pasea la nariz por mi clavícula—. Nada de esto ha estado bien, nunca.
Me lleva contra sus labios y mete su dura lengua en mi boca, a la vez que mis dedos se cierran sobre la tela su camisa. Mi corazón parece temblar cuando lo siento deslizando sus labios en mi cuello, poniéndome a arder de las ganas que le tengo,