Augusto:
Yunior me mira, por encima del hombro de su madre, y bufa. Baja su arma con lentitud, y ella se la quita de las manos, con un movimiento rápido.
—Esta vez te dejaré escapar Cuéllar, porque mi madre se interpone entre tú y yo. Pero cuando volvamos a encontrarnos, uno de nosotros morirá.- masculla.
—Eso espero.- riposto, guardandome mi arma.Yencaminandome de nuevo hacia la salida.
—¡Augusto, hijo! ¡Espera, Augusto!
Ya casi llegaba a mi limo, cuando la escuché llamarme. Venía corriendo, bajando las escaleras con el rostro enrojecido por el esfuerzo y el apuro de querer alcanzarme.
—Por favor...por favor...¡vete!- me implora.- regresa a Estados Unidos. Tú tenías una buena vida allá. No hagas esto, hijo. No enfrentes a tu hermano. Te lo imploro.
—Lo siento mucho, Señora Farías. Pero ya ve que no tengo otra opción. No soy yo quien busca enfrentarlos, son su marido y su hijo los que interpones en mi camino.
—¿Señora Farías?- chilla. - ¡esa no es forma de hablarle a tu madre, August