Mariela:
Mi hermana está tan feliz de que estemos viviendo juntas, que no tengo corazón para decirle que no debería estar aquí.
Aprovecho que es temprano en la mañana, y salgo a buscar a mi patrón. Me lo encuentra sentado a la mesa del comedor, comiendo su desayuno como si nada.
—¿Cuánto tiempo estará mi hermana aquí?- lo interrogo directamente.
—Buen día, Señor Augusto. ¿Durmió bien? - parodia lo que él cree debí decirle.
Ruedo los ojos.
—Esto es importante. Diana está enferma y ...
—Mariela, cálmense. Su hermana no está enferma. Su hermana estuvo enferma y ahora gracias a los cuidados médicos y al transplante se está recuperando.
—Pero...
Él me mira directamente a la cara, manteniendo una expresión seria en su rostro.
—No hay nada de lo que deba preocuparse, la cocinera ya tiene sus órdenes. Sabemos que la chica necesita una dieta estricta y medicamentos en horarios fijos. El personal de la mansión se rotará por turnos para quedarse acompañando a mi madre mientras usted c