- Gracias por la sorpresa. Nos encanta la recepción. - Gracias.
- Yo no lo hice. Acabo de tener la idea.
- ¿Y quién lo hizo? - Estaba curioso.
- Esta persona aquí. – mostró Milena junto a él en la pantalla.
- Milena? Sentí que mi corazón latía más rápido. - Ustedes están...
- Juntos. - Mostró su dedo anular, que tenía un anillo.
- ¡Dios mio! No puede ser.
- Gracias, Cupido. Ella sonrió sinceramente.
- No sabes lo feliz que estoy por ti.
- Y yo por Sebastián tengo una hermana que cambió las cosas entre los Casanova y Perrone... Al menos por ahora. Rodó los ojos.
- ¿Y tu madre? - Yo pregunté.
- Ella no sabe.
- Pero pronto lo sabrás. – se justificó Sebastián.
- Pero... ¿Estás en Noriah North?
- No. Estamos en mi apartamento en Italia.
- ¿Viviendo juntos?
- No... No exactamente. Pero pronto, sí. – dijo Milena, mirándolo. – Estuve en Noriah North hasta ayer. Organicé tu apartamento y luego volé directamente aquí. Y así somos.
- Amor en un transbordador aéreo, al menos con escalas. - Yo jug