No tuve que dar muchas explicaciones. Cuando me di cuenta, todos se dispersaron, yendo en diferentes direcciones, buscándola, mientras la llamaban por su nombre. Anon tomó el arma de inmediato y vi que él y Héctor salían corriendo del apartamento, revólver en mano.
Fui a la antesala y ni rastro de ella. No puedo explicar exactamente lo que sentí en ese momento, aparte de un miedo abrumador.
Si digo que no me imaginé a Breno y Anya con mi bebé, estaría mintiendo. Fue lo primero que se me vino a la cabeza. Y luego Daniel. Y solo pensar en lo que podrían hacerle a mi pequeña, en posesión de ella aunque sea por unos minutos, me hacía sentir insoportable.
- Búscala aquí abajo y yo subo. - le advertí, dirigiéndome a las escaleras.
- No debe haber subido... No habría manera. – dijo Ben.
- Ni siquiera salió del apartamento, aún así Héctor y Anon la persiguieron fuera del edificio. Nada es imposible que me suceda a mí ni a nadie que se relacione conmigo. - Subí rápidamente, dos escalones a la