64. El poder real de la princesa
Una lluvia de flechas descendió sobre ellos. El caballo de Karim se alteró por los proyectiles, pero él logró mantener el control mientras observaba la barrera brillante que lo cubría a él y a Mariel.
—Esos malditos... —murmuró.
Mientras las flechas cesaban, los enemigos comenzaron a avanzar. El galope de sus caballos hacía temblar la tierra. Karim desenfundó su espada.
—¡Adelante! —gritó, galopando hacia la batalla.
—¿Por qué vamos hacia ellos? —preguntó Mariel al seguirlo.
—Porque vendrán por mí de todos modos. Saben que si me matan, podrán reclamar el trono de Vatra.
—No es la mejor estrategia, ¿sabes? —dijo ella, desconcertada por su temeraria decisión, pero siguiendolo sin dudar
El ejército enemigo los rodeó rápidamente y comenzó la batalla. Karim confiaba en que sus soldados cargarían en su auxilio en cualquier momento… pero se equivocaba. El general había dado la orden de no intervenir.
Karim y Mariel fueron derribados de sus caballos y quedaron expuestos, luchando codo a codo c