38. Abujajia...
—Ya no uso ese nombre —dijo Serena con voz tensa.
—Pero ese nombre te lo ganaste. Te convertiste en el ángel de la muerte. Las historias sobre ti... son escalofriantes.
—Es cierto. También las he escuchado —intervino Boulder, riendo con crueldad—. Una sombra alada que llega a los pueblos, anunciando tragedia.
—¡Basta! —gritó Serena—. Yo no soy esa persona. ¡Y ustedes tampoco tienen por qué seguir siéndolo!
—Como sea. Tengo órdenes de llevarte de vuelta con la líder. Boulder, captúrala.
El gigantesco guerrero se lanzó hacia ella con toda su fuerza. Pero Serena fue más rápida.
—No olvides quién te causó esas cicatrices, Boulder —dijo mientras le daba una patada en el rostro, desplazando su casco. El impacto desestabilizó al monstruoso hombre por un segundo.
Mientras tanto, Serena aprovechó la distracción de Boulder para atacar a Wolf, pero este ya había desaparecido.
—¡Eres una maldita! ¡Te mataré y me comeré los huesos! —rugió Boulder con furia.
El enorme monstruo se lanzó hacia ella, d