— En este caso —
Me levanté y le di un beso en su mejilla, cerca de sus labios.
Me encantó verla toda tímida y consentida, ella es demasiado guapa, me gusto verla reír y ya la comenzaba a conocer dónde detrás de esa sonrisa traviesa venía un comentario.
— Me estás mala acostumbrando y luego no te quejes —
— Dudo que te acostumbres y he visto que no te dejas consentir mucho —
— No es así y soy demasiado mimada, al menos eso dice mis amigos —
— Ja, ja, ja, bueno entonces déjame consentir a los tres —
— Luego no te quejes —
— Seré responsable —
Me puse mis pantuflas y la salida de cama, salimos a la mansión, al entrar venía bajando mi madre con Derin.
— ¿Hermano te has quedado durmiendo con Andrea? —
— Sí, ayer salí a caminar un rato al no tener sueño y la vi en el balcón, nos quedamos conversando y me quedé dormido al estimular a sus bebés —
— ¿Hijo van algún lado que la veo arreglada?, se te está asiendo costumbre llevársela—
Andrea solo permaneció en silencio y roja, me encantó verla