Damián
Luego de unas cuantas horas, he llegado a Hawái. Subo a otra camioneta y trato de contenerme para no matar a mis hombres. Hablaré con ellos en privado. Primero hablaré con Daniela, quien tiene mucho que explicar.
Cuando llego al hotel, lo primero que me encuentro es a mi hermana con la mirada baja. Camino hasta ella y la obligo a verme a los ojos, que están rojos. También noto el miedo que tiene.
—Lo siento. —Una lágrima se le escapa.
Estoy furioso, tanto que no la voy a mimar como siempre.
Entramos al ascensor. Por fortuna, estamos nosotros dos y tres de mis guardaespaldas.
—Solo te pedí una cosa, Daniela, ¡¿por qué no pudiste cumplirla?!
Se sobresalta y comienza llorar más fuerte.
—Lo siento, Damián, todo fue muy rápido. Ella estaba con nosotras y luego dijo que iría al baño, luego unos de los escoltas al ver que ella se movió de nuestro lado fue a donde se encontraban los baños para vigilar, pero Nella desapareció…
—¿Desapareció? —pregunto con sarcasmo—. ¡¿Quién desaparece f