Todos los días, desde aquel día, había llevado conmigo la chaqueta que Jimmy me prestó. No sabía en qué momento el destino volvería a reunirnos. Trataba de ser fiel al amor que sentía por Adal, pero me disponía a arreglarme muy hermosa cada día antes de salir. Lo hacía con entusiasmo, deseando inconscientemente encontrarlo de nuevo, volver a verlo, vivir alguna otra aventura con él. ¿Qué pensaría tía Amanda de aquello? ¿Qué pensaría de lo que empezaba a sentir por ese extraño? Ella me condenaría, eso es seguro, todos en el pueblo, por desear nuevamente a un hombre que no era mi prometido. ¿Atracción? ¿Deseo sexual? ¿Sería deseo sexual lo empezaba a sentir? Por lo pronto lo más conveniente era seguir con mi vida, haciéndome la vista gorda ante lo que empezaba a sentir. No quería inves