“Debido al color que más resaltaba en los techos de sus casas, los cuales eran de tejas de ladrillos, un famoso escritor decidió llamar a aquel lugar: “la ciudad de los techos rojos”. Es una ciudad de casas coloniales con tejas rojas, una ciudad con los rasgos típicos de las capitales europeas, con plazas principales al centro y alcaldías e iglesias alrededor. Una ciudad sísmica y bendita que evoca la fiereza de las etnias indígenas. Está desplegada a la falda de una inmensa montaña y constituida por un hermoso valle, el cual es atravesado de oeste a este por un río. Homenajeada sin cesar por la pintura, la música y el teatro; esta ciudad es cuna de personajes insignes de la historia, de leyendas, supersticiones, tesoros ocultos, de café y cacao y espectaculares aves de papagayo que bajan todas las tardes del cerro y se despliegan en un vuelo multicolor y ruidoso por el valle. Una ciudad c