Siran continuó lavando el cuerpo de su esposa y compañera, esta vez desplazando sus manos por la estrecha cintura y sobre su abdomen donde se detuvo unos segundos. Sara se dio cuenta que los ojos de él se habían quedado mirando fijamente a este punto.
-¿Quieres tener cachorros?- le preguntó ella casualmente.
Él negó con la cabeza.
-Todavía no-
Sara sonrió tranquilamente sin que sus palabras le dolieran. Para ser sincera, sabía de la carga de trabajo que tenía por ser beta, y más ahora que tenía que estar velando con muchas más cosa como el hecho de acaban de reunificar las dos manadas y los cambios que vendrían c