Mundo ficciónIniciar sesiónA una edad temprana, Rodrigo Ismael, se destacó entre sus tres hermanos, al despertar sus dones y habilidades de manera excepcional, captando la atención de un forastero que con una infinidad de bestias arrastrándose alrededor suyo, se llamó a sí mismo Desterrado. Marcando sus destinos, con una maldición que lo convertiría en un licántropo, a través del pacto de sangre, despertando sus instintos oscuros y asesinos por sobrevivir cueste lo que cueste y recuperar su “Casta de Lobos” (Nevri) de las garras de la comunidad de los trece. Incluso si esto implica estrujar el corazón de sus hermanos, tiñéndose de un rojo carmesí, al enamorarse de una cazadora.
Leer más- Aunque no tiene idea de quién es usted ... El señor Ivankov ha decidido concederle diez minutos después de su reunión.
Agatha se aguanto de hacer estallar su alivio, por la sencilla razón de que estaba en serios problemas hasta el cuello y no sabía si este último intento la llevaría a alguna parte.
Frente al visible desprecio de la secretaria, Agatha se limitó a sonreír y abrazar su bolso con fuerza contra su estómago.
De hecho, este lugar le puso la piel de gallina. Estaba oscuro, las paredes negras, este diseño moderno, estos sofás de cuero le hacían sentir como si viniera a una entrevista.
Había estado en este edificio durante horas, encaramada en el quinto piso. Ella se había negado a irse, amenazando con quedarse aquí toda la noche si era necesario. Durante horas había estado contando los peces en el gigantesco acuario frente a ella, sin saber muy bien qué decir si su solicitud era concedida.
Y ahora que lo estaba, Agatha no sabía qué decir ni cómo reaccionar. Saltar de esa silla y salir de la torre fue una de las muchas opciones, pero ¿fue la solución?
-No! Había caminado suficientes millas para retroceder.
- Es bueno. Anunció la secretaria, adoptando una actitud indiferente, incluso molesta. Puedes ir, está al final del pasillo.
Agatha se levantó lentamente y recogió sus cosas. Era mejor no insistir en esta mujer e ir directo al grano. Caminó en silencio hacia las puertas abiertas y pronto notó que la oficina grande y expansiva estaba tenuemente iluminada.
8:30 p.m. se mostró en el dial.
Tragó y entró con paso lento e inseguro.
- ¿Sr. Ivankov? Llamó cuando encontró la oficina vacía.
Ninguna respuesta.
Dio un paso atrás, pensando en darse la vuelta y usar esa pérdida de tiempo para encontrar un hotel.
- Siéntate
Ella saltó mientras giraba.
El shock se mezcló con la sorpresa y luego sus mejillas se volvieron carmesí.
Un hombre, lejos de lo que ella había imaginado, entró en la oficina, con las manos en los bolsillos, la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, mirándola con una mirada espeluznante.
Se estremeció al contemplar su rostro oscuro, de belleza cruda y masculina, el puente de su nariz recto y su mandíbula cubierta con una sombra marrón y tatuaje. Ella agarró su bolso, fascinada por la virilidad deslumbrante y casi austera que emanaba de este cuerpo donde fácilmente se podía adivinar que estaba hecho de músculos debajo de esa camisa blanca presionada contra su pecho.
Con la boca seca, Agatha se acercó, saliendo gradualmente de su letargo. Había imaginado tanto a un hombre de unos sesenta años.
- Buenas noches, Sr. Ivankov.
Llenó el espacio entre ellos y lo estudió intensamente, sin discreción, sin vergüenza. Se puso un mechón de su pelo detrás de la oreja mientras esperaba a que él terminara este examen insolente, pero que, dentro de ella, provocó que un fuego peligroso se elevara.
¿- A quien tengo el honor?
Se quedó paralizada bajo esa increíble voz profunda cuyo acento ruso la hacía parecer un asesino.
Agatha sonrió tímidamente y extendió la mano con una risa nerviosa.
- Probablemente, te reirás, mi ... Mi nombre es Agatha Kristy ... Como Agatha Christie excepto que es K-R-I-S-T-Y.
Él frunció el ceño y luego le agarró la mano con tanta fuerza que ella jadeó. Su mano se desvaneció en la de ella, sus dedos la agarraron con tanta fuerza que tuvo que tragar para soportar el dolor.
- Apolo Ivankov.
Agatha se quedó sin habla. Ese nombre, que significa hombre de fuego, le sentaba como un guante.
- Estoy encantada, Sr. Ivankov.
Agatha recuperó su mano y tuvo que extender los dedos para recuperar toda su capacidad muscular.
- ¿Puedo saber por qué quieres tanto verme? Preguntó, señalando una silla con la barbilla.
- Oh, yo ... mi amiga desapareció. Dijo mientras se sentaba.
Se detuvo en su camino que lo llevó a su oficina.
- ¿Y cómo puedo ayudarle?
- Oh ... Yo ... Alguien me dio esto cuando salí de la estación. Agatha explicó que su corazón latía con fuerza mientras le entregaba su propia tarjeta.
La estudió sombríamente y luego la dejó sobre el escritorio.
- Bueno, me siento halagado, pero no soy un investigador privado, señorita Kristy.
- Lo sé bien, pero me dijeron que eras muy conocido y muy influyente en Rusia, incluso el mejor.
Se sentó, se reclinó en su silla, estudiándola de nuevo con esa misma mirada inquietante.
- ¿De dónde eres?
- De Seattle.
- ¿De Seattle? Repitió el hombre luciendo sorprendido. Estás muy lejos de casa, ¿al menos estás acompañado?
Agatha frunció el labio y movió negativamente la cabeza.
- ¿Entonces falta tu amiga? ¿Cómo lo sabes?
- La última vez que hablé con ella por teléfono, dijo ayuda.
Agatha apretó los dientes cuando él arqueó una ceja, una sonrisa.
- Socorro? Repitió, enderezándose. A veces sabes que las palabras pueden malinterpretarse. ¿Cómo se llama tu amiga?
- Penélope St Georges. Y no, no lo malinterpreté, señor. Desde esta llamada, no tengo más noticias.
Ella miró hacia abajo por un momento y luego miró hacia arriba.
- Escucha, nadie se negó a ayudarme, además, no sé ruso, me dijeron que viniera aquí, ¿me puedes ayudar sí o no?
Se puso de pie sin apartar los ojos de ella. Agatha se desplomó como una niña en su asiento. Se acercó a un armario o y sacó un vaso. Dios, este hombre misterioso, podría no ser la persona adecuada para ayudarlo, pensó un poco demasiado tarde. La enorme oficina constaba de tres habitaciones, con una sala de estar, luego un cubo de vidrio, desde allí podía distinguir una gran mesa de reuniones y luego estaba este enorme espacio, donde se sentaba un lujoso escritorio de caoba.
- Por qué - ¿Por qué crees que puedo ayudarte?
- Porque la persona que me dio tu tarjeta me dijo que eras temido y respetado por todos.
Se reclinó contra la viga en la distancia, tomó un sorbo de su copa, mirándola impasible.
Agatha podría haber sido engañada.
Se estremeció mientras se sentaba, sus ojos nublados. ¿Y si esta mujer le hubiera mentido? ¿Y si ella misma se conduzco en casa de un mafioso?
Se puso de pie febrilmente, parpadeando rápidamente.
- Uh ... Yo ... Siento haberte molestado, olvídate de que vine, siento mucho por...
Tropezó con la mesa y se dirigió a la salida.
-... Por perder el tiempo, Sr. Ivankov, le deseo buenas noches.
Agatha salió corriendo de la oficina, caminó rápidamente hacia los ascensores y entró, presionando el botón con nerviosismo.
Una vez que las puertas se cerraron, cerró los ojos y se llevó una mano a la frente.
¡Qué tonta!
Salió del ascensor y recuperó el bolso que le habían dejado en la recepción. Cuando salió de la torre alta, poco a poco, recobró el aliento con la ayuda del aire fresco, casi helado. Ayudar a su amiga había sido obvio para ella, pero ciertamente no iba a arriesgar su vida cuando llegara. Se derrumbó en el banco de la parada del autobús y desdobló el mapa.
En primer lugar, tenía que buscar un hotel y también un taxi.
Se frotó las manos para calentarlas y miró el mapa con los ojos entrecerrados, evitando con cuidado mostrar su consternación a los transeúntes.
- No encontrará ningún hotel en este momento, incluso si logra encontrar uno en este mapa escrito en ruso ...
Salomón al ver este comportamiento desconocido, convoca un ataque masivo, sosteniendo el medallón de luna sobre una de sus manos, obligando a su gente a ir en contra de su voluntad.“La bestia completa bajo tu poder no me intimida, más cuando no tienes su control.”Las escuetas palabras de Salomón eran ignoradas por el lobo que ni le daba importancia. Sintiéndose ofuscado. – “Vas a dejarme ir”Avanzó, pisando a quien se le atraviese, yendo detrás de Azul. Se atraviesa en el camino, frente a frente, sintiendo el miedo en su cuerpo. “Como es posible”Se mete en medio de los hombres bestia, para acercarse a recoger la slider (espada) de Falco. Levantándose a mirar se topa con el hombre de ojos rojos, que la sigue con la mirada, incluso cuando se escabulle para alejarse lo más posible de la pelea de las bestias. Azul se volvió muy &aa
... Juntos en manada, encontraron la salida del tunel, adentrandose al bosque, donde aquel campamento parecía muerto. Olfatearon y definitivamente este lugar tenía un olor raro, otros revisaron por dentro, y con radio en mano, se lo entregaron a Rodrigo, hallando en la carpa cuerpos inertes. —Hay suficiente carne repártanlo. Obedeciendo sus órdenes, cargaron los cuerpos sobre sus hombros. Aghh...ese olor es nauseabundo...no me imagino saber a que sabra. —Skiller dijo. —cubriéndose la nariz y boca para no vomitar. —Si gustas puedes comprobarlo Snova. —Rodrigo dijo. —dando indicaciones a los demás. —Paso, tengo suficiente reserva, no consumo cualquier tipo de sangre, no me creas cualquiera lobo. —Rodrigo esto lo acaban de encontrar. Dándoselo en la mano, envió la señal en la radio. —Donde hay una, debe haber más. —Rodrigo tengo una mejor idea, yo los contactaré, tu vigila a Azul. —Skiller dijo. El lobo que evitaba tener contacto con la mujer recostada sobre los asientos, finalm
Jamás me he excusado señor Falco, menos lo haré ahora. – en mi vida jamás derrame alguna lágrima, aun si había estado muriendo. “Seguiremos con los planes en contra de Rodrigo”Eso nunca cambió, solo nuestra relación. – aclaraba Falco, atando una cinta sobre su mano para cubrir el corte de Steven. – Por lo menos, preocúpate por ti, aun si dejas de ser mi discípulo.No había nada en particular porque contaría con el apoyo absoluto de Falco. —Me volveré a ganar su confianza, Señor Falco.No lo dudo. —atravesando el considerable número de hombres de la comunidad que disparaban por doquier, Falco comentó. —al ser que dices hermano, Omar, el sigue dentro lo por unos segundos, por eso creo que ese cambio podría tonarse para mal, afectando su estabilidad, es necesario estar alerta, si es preciso su sombra.—Lo entiendo señor.…Por más distancia que marcase, la sed lo obligaba a indagar nuevas opciones, quizás nuevos aperitivos experimentar momentáneamente el saciar su hambre, sosteniendo a
“Ten una pelea digna Omar Rasen” – insistió Steven sacudiendo su espada, da un giro a la derecha.Ya vi ese truco, ahora me empujaras con una patada, pero del lado izquierdo.No. – corre e incrusta el filo de la espada sobre el hombro de Omar, quien lo detiene, siendo elevado en el aire por sus cadenas. – Ese fuego, lo acabo de ver en ti.Gané. – dijo Omar, soplando para alejarlo de sus cadenas.Mejoraste, debería reconocerlo, desde la última vez hasta el día de hoy, tus habilidades son más prolijas. Solo debes tener cuidado con el corazón que posees. – al decir esto, los pálpitos en el mesurado cuerpo de Omar estrujaron su corazón. Ocasionando que el mismo, quisiese arrancárselo de su pecho. Lo cual fue aprovechado por el cazador, hiriéndolo de lado, inhabilitándole usar sus cadenas, atravesándole el vientre con más tenacidad, ocasionándole un hoyo más profundo.“Quién es” – no alcanzó a verlo murmuraba Omar, se tambaleó, tocándose el brazo.Te confiaste demasiado amigo. – dijo Steve
Los quejidos de Dimitri lograron oírse, para cuando lo notaron yacía desvanecido en los brazos de su hermano que había subido al exterior.—No hay de que preocuparse por la pelea entre hermano, es lo común. —Lo acostó al lado de Ishana colocándole el cinturón, prometo volver. —A la residencia de mi esposa Daesa,Con el casco fuera, dejo ver a Darío. —Mejor ve y díselo tu mismo, no soy corresponsal de nadie, mi hermana merece algo mejor que una excusa, expresa tu dulce amor por ella, eso fue lo que escuche de ti, no traiciones tus palabras.¡Zas! ', 'zigzag bien dicho cuñado. —esbozo alegremente. —disfrutare muchos momentos cálidos a su lado.—Por cierto, tu amigo, el de la ropa rara.—Steven…a el te refieres.Ya no estaba, se había ido.—Creí ver a tu prima.Ah eso, como decirlo Azul siempre ha sido independiente, seguramente asistirá al lobo blanco.—¿El lobo blanco está ahí?Al ver el despegue del helicóptero, se escondió entre las sombras sin dejar rastros, ni huella alguna. Aquel
“Mi consciencia intranquila agitando mis emociones, arrinconando al límite la paz mental que creí poder controlar, palabras que salen de tu boca contradiciendo las mías, evocando tu fuente de poder.”Grita—sacudió con fuerza los hombros del lobo. —¡Grita Rodrigo! —giro en dirección a las bestias. —Si se acercan no correrán con la misma suerte. —desvaino la espada en una clara advertencia, poniéndose delante del lobo blanco.El gruñido entre las bestias, amenazaba con ser un ataque feroz hacia la mujer que sin temor alguno les daría batalla. Mirandola directamente entre la multitud, se preguntó, “quien seria, me es tan familiar”, tan solo movió un dedo de su mano y el hombre se transformo en lobo, saltando de entre las bestias, tomándola por sorpresa desde atrás. En un contundente corte, las garras se desprendieron de l
Último capítulo