La señora Felicita no lo pensó dos veces, si el problema es con ella nadie más tiene que salir lastimado, por lo tanto, con mucha honra decidió enfrentarse al mal.

— Está bien, me entregaré yo a cambio de ella, ningún inocente debe estar en tus manos por tu estúpida obsesión de tenerme por la fuerza.

La señora Felicita le dio la dirección de un pequeño parque de la ciudad en donde lo estará esperando, no le comentó a nadie hacia dónde va, a ella no le importa sacrificarse con tal de que su amada Camila no sufra los embates de un asqueroso drogadicto que está obsesionado con ella desde que eran jóvenes y compañeros de universidad.

Camila ha escuchado todo, está asustada, su suegra se entregará al hombre que desde ya se ha marchado a su encuentro y le ha dejado un mensaje a ella “Si la puta de tu suegra no está en el lugar acordado, créeme que mis hombres te golpearán hasta causar tu muerte, porque conmigo, el temible Randoll, nadie juega"

Cuando Nataniel y su padre llegaron a esa casa,