El hombre subió al auto y cargó a la nena dormida sobre sus piernas, en el trayecto a la clínica la niña se despertó, y como loca comenzó a preguntar que donde estaba Brenda. Nataniel sintió que ella estaba actuando extraño, es la primera vez que escucha a la nena llamar por su nombre a la madre.
— Hija, ¿dime que te pasa? ¿Por qué estás tan rebelde? —Preguntó él, intentando consolarla, entiendo que la niña lo hace por estar a solas con él.
— Usted no me llame, hija, ¡usted no es mi papá, viejo horrible! —Exclamó la pequeña entre llanto agudo.
— Por favor respétame, hija, a tu madre y a mí nos debes de respetar y jamás levantarnos la voz, ¿me has entendido?
— Ustedes no son mis padres, mis papitos se quedaron en nuestra casa, ellos se quedaron llorando cuando Brenda me trajo, ella es mala, muy mala y el hombre también es malo. —Se quejó la niña mientras solloza.
Nataniel ha quedado estupefacto con esa noticia, la pequeña no es su hija, ella misma se lo ha confirmado y ya no será neces