Leah
La verdad es que no pude dormir, no sabiendo que quizá hoy podría morir y, la simple idea de perder a quienes me importaban resultaba aterradora, estamos a punto de detener esta guerra, aunque eso implique la extinción de un clan, pero prefiero que sea otro al mío.
Harry y yo estábamos preparándonos, consiguiendo las armas necesarias para enfrentar lo que viniera, teníamos indicaciones claras por parte de Nick, no podías fallar o las siguientes cabezas que colgarían en el camino de desertores serían las nuestras.
Es algo asqueroso si te detienes a pensarlo.
—¿Estás bien? —está terminando de ponerse un par de cuchillos en una parte de su pantalón—. No has hablado mucho desde esta mañana y apenas y tocaste tu desayuno.
—No tenía apetito.
—¿Nerviosa? Creí que podías con esto y más —intenta bromear.
—Sé que puedo hacerlo, pero no sé, es extraño, simplemente no tenía apetito, no me siento bien.
Claro que culpo a la masacre por esto, ¿ustedes no estarían con el estómago revuelto si sup