Leah

Aunque toda la noche la misma pregunta estuvo dándome vueltas en la cabeza, no podía creer nada hasta no tener pruebas y sin importar lo que costara, las iba a conseguir.

Eran suposiciones absurdas, ¿Michael y yo adoptados? ¿Siendo dados a luz por una mujer diferente a nuestra madre? Lo cierto es que ayer el cansancio habló por mí, hay muchas cosas que desconocía de mi familia, sí, pero también sé que la mujer que me crío es mi verdadera madre.

Me sobresalto al escuchar el sonido de mi teléfono…, un segundo, ¿no se supone que estaba en casa de Harry?

—Hola —escucho del otro—. ¿Estás bien?

—Ya suenas más tranquilo, dime, ¿acaso no temes que esté en peligro de muerte?

—Tu hermano vino por tu teléfono, ya me dijo que te estás quedando con él.

Recuérdenme golpear a Michael.

—Supongo que tendré que cambiar de escondite.

—Leah, no es gracioso, ya deja de actuar como una niña y vuelve a casa.

—Solo para aclarar, no soy de tu propiedad, no soy una niña y lamento no estar suplicando el pe