Adriana cerró los ojos cuando sus prendas comenzaron a caer, Austin que aparentemente ya no le dolía nada, deslizó sus manos lentamente por ella, por su piel. Adriana se subió sobre él sin hacerle mucho peso, mientras que sus pechos entraron a la boca de él. Austin saboreaba los pechos de Adriana como si de eso dependiera su vida. Ella pasó sus manos por el pecho de él y con rapidez quitó su camisa. Sus pupilas se dilataron, la observaba con lujuria y ella podía notar su mirada, y ya podía sentir la manera en la que él la estaba observando… le gustaba demasiado. Él pasó las manos por sus brazos, por encima de las cicatrices que a ella tanto le recordaba el pasado. —Eres realmente hermosa —articuló él con su voz completamente agitada. Él la giró quedando sobre ella, comenzó a quitarle lo que quedaba de ropa dándose cuenta que su cuerpo estaba completamente marcado debido a Mike… odiaba que ella tuviera que vivir toda la vida así, por culpa de él. Sus besos descendieron por su
Mike apretó las manos en su brazo, mientras que mantenía la mirada fija en ese punto. Doménico sonrió y se movió con rapidez evitando ser atrapado. Mike imitó las acciones de los demás, se agachó procurando evitar mostrar que conocía a la persona que le había disparado. Rápidamente las personas encargadas de la seguridad del lugar pidieron una ambulancia, Mike fue trasladado sin darle tiempo a que su herida pudiera complicarse. En el hospital luego de revisarlo le dijeron que la vale solamente había rozado su piel. Sin embargo, la rabia que había en él debido a eso era cada vez más grande. Luego de haber sido dado de alta, llegó directamente hasta la casa Alice estaba llorando en un rincón como cada día. Él ya estaba harto de esa situación, en efecto había perdido su bebé, pero la vida seguía y no podía detenerse allí. Ella subió la mirada cuando lo vio con aquella venda se levantó toda preocupada y se lanzó sobre él, Mike hizo una mueca de dolor y la separó de forma brusca. —¿
Adriana giró sobre sus talones para salir de allí, no podía creer que Austin también hubiese caído con ella. A pesar de sus palabras, a pesar de que supuestamente eran reales… todos eran iguales. Al dar media vuelta se encontró con Mike quién caminaba hasta donde ella. Mike miró hacia la oficina de Austin y sonrío, se detuvo para girar e ir detrás de Adriana quién iba directo hacia su oficina.—Quién iba a imaginar que él también te fuera infiel —él dijo sonando completamente indignado. —¿No deberías estar en tu patética reunión? —La reunión puede esperar, no soy capaz de irme y dejarte así. —Ella cruzó los brazos mientras intentaba ocultar todo lo que por dentro estaba a punto de explotar. —¿Todo esto es cosa tuya? Cómo no me di cuenta… eres bastante predecible. —No… No es cosa mía, al parecer es cosa de ella. Al parecer le gusta tener tus sobras. Así como tú también estoy molesto. ¿En verdad con él? —Retírate, ve y lloras por tu esposa. Pero déjame en paz. —¿No crees que deb
Adriana comenzó a reír ante la seriedad de él. Pero al notar que él continúa con su rostro marcado entonces una seriedad abrumadora dejó de reír. —Estoy hablando completamente en serio —él espetó—. Tú me exiges a mí una parte del trato yo también te lo exijo. Mi padre murió, tienes toda la razón creo que lo mejor es formar mi familia. —Está bien, te daré tu bebé tal y como acordamos, pero no será… será con inseminación. No volver a someter semejante estupidez de meterme contigo. —Austin bajo la guardia y se acercó a ella tomando la de las manos, haciendo que ella lo mirara. —Pero yo no quiero eso… Adriana qué te cuesta darte cuenta que te quiero a ti, eso fue un error y no fue culpa mía y que en todo momento te di tu lugar. Y ya lo pensé bien… el bebé lo quiero contigo, cumple tu parte del trato. —¿Te cuesta entender? esto es un error el sexo contigo fue un error.—A la única que le cuesta entender es a ti. Para mí no es un error, tú no eres un error para mí. ¡Grábate eso en tu c
Mike abrió los ojos, cuando él se dio cuenta que estaba frente a su casa completamente devastado. Su cuerpo duele, como nunca antes había dolido. Intenta levantarse pero le es imposible, sus piernas y brazos no reaccionan como lo espera. Él comienza a gritar para que alguien salga en su ayuda, maldice un audio otra vez sin poder evitarlo. Tras algunos minutos allí tirado en el suelo, una de las empleadas de servicio sale y al verlo tapa su boca completamente sorprendida con la escena que tiene enfrente. —¿Qué esperas para levantarme? —él dice completamente molesto e irritado. Ella con sus manos temblorosas lo ayuda a ponerse en pie. Y lo pone en uno de los sofás luego de cargarlo con esfuerzo. —¡Quiero a Alice ya aquí! ¿Qué esperas para llamarla? Aquella mujer tiembla tan solo con verlo así, llama a Alice quien asegura que en algunos minutos estará allí, que va en el carro. Mike mira sus brazos, sus manos aún tiemblan como efecto secundario. Él cierra sus ojos intentando mante
Adriana dejó caer todo lo que tenía en sus manos. Había sentido con anterioridad ese mismo sentimiento de perder un padre… pero esta vez, dolía mucho más. Ella dio unos cuantos pasos hacia atrás hasta que chocó con el sillón e hizo que cayera.Austin intentó acercarse sin entender que estaba pasando, pero con solo ver la cara de ella era claro que Doménico no estaba nada bien. —¡Repite lo que acabas de decir! —ordenó ella creyendo que todo era una mentira, que todo era falso y que había escuchado mal—. Repítelo. —El señor Doménico murió. Ella lanzó el teléfono lejos haciendo que se estrellara contra la pared y sintió como todo el aire de los pulmones se escapaba de ella sin piedad alguna. Él era como su padre, él era su confidente y apoyo incondicional… y ahora, había quedado completamente sola. Sus manos comienzan a temblar, ni siquiera tuvo tiempo para despedirse. Austin la tomó de la mano, pero de su boca no salía ninguna palabra. —Debí haberlo matado… debí hacerlo antes de
Habían pasado cuatro semanas exactas, cuatro semanas en las que Mike había desaparecido por completo de la empresa. Ni siquiera una opinión o decisión. Recuperándose de sus heridas… muriendo de la rabia por querer tener el control de todo. Eso tenía a Adriana a la deriva, no saber cual iba a ser el siguiente paso. La relación entre ella y Austin era algo que le hacía sentir ese confort que definitivamente necesitaba. Él era un hombre qué hacía que ella sintiera eso que nunca en su vida había sentido los detalles y esa manera tan elocuente con la que él la amaba… Adriana no podía dejar de sentir miedo de que esto acabará de la peor manera, de que las cosas se salieran de control y su corazón de nuevo saliera herido. Aunque él con cada beso, cada caricia le diera la seguridad que ella necesitara, era inevitable no sentir ese miedo… ese miedo que combinaba el pensar que la podía traicionar y el pensar que algo malo le pudiera suceder.Nunca en su vida había tenido la oportunidad d
Adriana corría sin detenerse, sus piernas ya no tenían fuerza. Ella buscaba la manera de no mirar para atrás, porque sabía que ellos estaban por llegar… que él estaba por llegar. Su corazón latía a mil por horas, el miedo recorría todo su cuerpo.De nuevo sus piernas flaquearon y Adriana cayó al suelo, cuestionarse si seguir luchando por salvarse era importante o no, era algo que en esos momentos no pasaba por la cabeza de Adriana. Lo único que podía pasar una y otra vez en su cabeza, era la imagen de su esposo, del hombre que en el altar le juró amor verdadero una y otra vez. El dolor físico se mezclaba perfectamente con el dolor en su corazón.Ella solía ser fuerte, solía enfrentar las cosas con valentía, sin embargo, hoy se dio cuenta que no era así, solo era una mentira, nunca fue valiente, nunca fue fuerte. Adriana se estrelló con una realidad que nunca quiso imaginar. Ella ocultó su cuerpo al lado de un gran muro, no era difícil poder ocultarse en este lugar tan grande. No era