Capítulo 3

-Espero que os haya gustado, pero llegamos tarde a el colegio. Asentí y fui tras el, hasta llegar al estacionamiento.

Matteo sacó las llaves de un auto e hizo que una suave alarma sonara, las luces de un lujoso Ferrari se encendieron.

"Este es mi auto, hermano, pero la verdad me avergüenza un poco", me dijo Matteo mientras veía su reloj de lujo presumiendo.

Quéde con la boca abierta cuando ví el lujoso coche. Era tan guapo que soñaba con subir a el.

"¿Te da vergüenza que sea muy lujoso?" – le pregunté a mi hermano, ya que tenía miedo de ver esta máquina frente a mí.

"No seas tonto hermano, me da vergüenza que el modelo sea de hace dos años, todos mis amigos tienen la última versión.

Lo observé queriendo decirle que no fuera una pajita, pero continué porque no me sentía seguro con él.

Me subí al auto de Matteo mientras todavía no podia creer que me estaba subiendo a un Ferrari, mi hermano Matteo subió en el acto y comenzó a acelerar esa máquina que funcionaba como un demonio, pero esa emoción terminaría estando cerca de el colegio porque Matteo detuvo su auto.

– hermano, lo siento, pero tengo que dejarte aquí, este auto solo tiene dos asientos, y le prometí a una niña que la recogería, te daré el número de uno de los conductores de papá, el te tomará.

Asentí con la cabeza y salí del auto sintiendo pena.

"Perdóname hermano y no se lo digas a papá", espetó Matteo mientras aceleraba su Ferrari.

Miré el papel en mi mano sintiéndome como un tonto porque no tenía un teléfono celular para llamar al número que mi hermano me había dado.

MI nueva escuela

"Oye, vas a ir a el colegio Fontseré.

Alguien gritó, me di media vuelta para ver quién era.

Un joven bajo y con gafas con sus amigos estaba parado justo detrás de mí.

"Sí, pero no sé cómo llegar allí", dije, sintiéndome un poco avergonzado.

"Joven tranquilo, vamos allí. Este chico me dijo.

Lo mire de pies a cabeza y para ir a una escuela privada parecía bastante pobre.

"¿Quién eres?" Pregunté.

-También somos estudiantes de Fontseré, yo soy Pablo, estos son mis amigos, Lucas y ella es Katia, nos dirigimos hacia allá, puedes caminar con nosotros para tomar el autobús si quieres.

Me sentí confundido, mi madre me dijo que solo iban jóvenes ricos pero al ver a estos tres chicos dudé de su palabra, parecian más pobres que yo.

Asentí con la cabeza y comencé a caminar con ellos, qué otra opción tenía, mientras Pablo seguía haciéndome preguntas a las que solo respondí sacudiendo la cabeza ya que me estaba aburriendo.

El autobús se detuvo frente a nosotros y todos nos subimos, me senté al lado de Katia mientras al otro lado estaban Lucas y Pablo.

El asistente del conductor del autobús se levantó y comenzó a cargar el viaje a todos los que estaban allí.

"Joven, ¿dónde está el dinero para tu boleto?" me preguntó ese hombre, bajé la cabeza porque no tenía un solo peso en la bolsa, sí era hijo de un hombre rico pero se olvidó de darme dinero.

"Señor, no tengo el dinero", dije suavemente para no avergonzarme frente a esa hermosa joven a mi lado.

"¿Puedo dárselo mañana?"

El hombre hizo una masa de desprecio mientras me miraba.

"Si no tienes el dinero, no es mi problema, bájate del autobús". Me gritó molesto y terminó por hacerme un mal gesto.

Señor, lo pago – dijo la dulce voz de una niña, fue Katia quien sacó su cartera y pagó el boleto por mí.

Todavía me sentía apenado, ella podía pensar que era un olgazán mantenido, así que me dije que la viera y le agradeciera su buen gesto.

-Arigato Gozaimasu, le dije en japonés para que no me entendiera pero me vio mientras dejaba escapar una leve sonrisa burlona.

"Prometo que te pagaré", le dije a Katia, quien no dijo nada y se volvió hacia la ventana.

El autobús se detuvo frente a el colegio y los chicos se bajaron, yo estaba congelado, esto no parece una escuela sino un centro comercial de lujo, miré hacia abajo y observé los autos de lujo que se detuvieron uno por uno en la entrada de esta escuela.

Pablo volvió al autobús cuando me vio congelado y me tocó ligeramente el hombro mientras sacudio levemente la cabeza, "no te preocupes, te acostumbras a ver autos como Ferraris y Lamborghini después de un tiempo.

Me bajé del autobús al lado de ellos, pero los guardias de seguridad que estaban en la entrada nos detuvieron.

-Sus credenciales por favor. La voz aguda de uno de ellos dijo.

Parece que me llovia sobre mojado, mi padre no había mencionado nada sobre una credencial, o tal vez mi hermano la tenía con él.

-Señor, dejé la credencial en mi casa, es mi primer día y se me quedó, si quiere puede hablar con mi padre para confirmarlo, le dije con voz ligeramente temblorosa.

"Esta vez te dejaré entrar, si la dejas olvidada de nuevo no tendras tanta suerte", dijo ese hombre que medía más de dos metros de altura.

Mi primer pelea

Los amigos de Pablo me llevaron a ver el instituto, pero algo me llamó la atención, me pareció extraño que la mayoría de los alumnos nos vieran mal.

Me preguntaba por qué, Katia era bonita y escuchaba bien, era la típica nerd y Lucas no decía una palabra.

"Esta es la última área Alessandro", dijo Pablo sonriendo, "es el área deportiva", sin darse cuenta de que una pelota de baloncesto se dirigía directamente a su cara, haciéndolo caer al suelo, mientras todos se burlaban de él.

Un buen grupo de estudiantes se amotinó a nuestro alrededor mirándonos de pies a cabeza con sus miradas llenas de desprecio.

"El grupo de los Tres Mosqueteros tiene un nuevo miembro", espetó alguien de la multitud.

Un grupo de seis chicos fuertes con uniformes deportivos llegaron a dónde estábamos parados.

Un chico alto que parecía estar al mando de los demás se detuvo frente a mí.

"Mira a este perdedor, sacó su ropa del bote de basura. Dijo sin dejar de burlarse, la mirada de este chico emitía un desprecio total hacia mí.

"¿Por qué no le damos una cálida bienvenida?", Dijo el joven alto frente a mí mientras todos a su alrededor continuaban burlándose.

Un buen grupo se me acercó y me tomó las manos y los pies.

-¿Qué hacemos Sebastián? Le preguntó uno de ellos que parecia su perro faldero.

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