Capítulo 38

-Enserio está enferma, primero me gritas, luego me tratas con cariño y luego vienes y me derribas con un empujón, en serio que no te entiendo, ¿dime, eres bipolar? Dije molesto mientras me ponía de pie.

- ¿Eres idiota? Solo estoy tratando de poner celosa a Mayelin.

- ¿Por qué se pondría celosa si no somos nada?

-Sígueme el juego y calla basura.

-Aiken terminarás matándome de un paro cardíaco, si la depresión no me mata creo que tú sí.

"Cállate niño tonto y sígueme.

Fui tras Aiken afuera de la cafetería donde Mayelin estaba al lado de Cristian que me miraba con desdén, estaban sentados en unos escalones cuando vi que Aiken se abalanzaba sobre mí como una acosadora loca.

-cariño bésame como tú me besas todos los días, dijo mientras acercaba sus labios a los míos, pero vi por el rabillo del ojo que Mayelin se levantó y se fue de allí, fue entonces cuando sentí que alguien apagaba las luces, vi todo negro por unos segundos y cuando abrí los ojos vi a Aiken sentada frente a mí.

- ¿Qué pasó? Pregunté.

- ¿Eres un idiota? Solo iba a fingir darte un beso y pasaste tres ciudades besándome de verdad, así que té desmayé de un solo golpe.

-En serio estás loca, ¿cómo te atreves a desmayarme de un solo golpe, todavía siento la cara hinchada, quieres ayudarme o matarme?

"Quiero ayudarte, pero a veces tiendo a ser un poco brusca, así que te pido que me disculpes.

"Si desmayarse por un golpe está siendo un poco brusco, no me gustaría tenerte como enemigo, ¿pero dime qué hora es?" Debemos ir a clases.

-Tranquilo que ya nos perdimos la primera clase, así que entraremos en el laboratorio de química de inmediato

Junto con Aiken entramos al laboratorio para esperar la siguiente clase de química, aunque hablar con ella era entretenido me sentía incompleto cada vez que pensaba en Mayelin, quería con todas mis fuerzas que el plan de Aiken funcionara y así Mayelin corriera a mis brazos.

Después de unos minutos entró el profesor de química con los otros estudiantes, incluida Mayelin que me miraba con enojo, pero aun así me gustaba mucho, para buena suerte mi Mayelin decidió tomar un lugar a mi lado en el laboratorio, mis ojos se abrieron bien para verla a mi lado mientras mi corazón latía más rápido de lo habitual.

Al que no le gustó nada la idea fue Cristian que me miró con desdén y celos, pero eso fue lo menos importante porque ya me había acostumbrado a sus intensas miradas de odio, tomé mi computadora portátil para tomar notas cuando escuché la voz de Mayelin hablándome.

- ¿Por qué no viniste a clase? preguntó con un tono de voz suave, haciendo que mis ojos se dirijan a sus labios.

"Estaba enfermo", respondí mirándola de reojo, era imposible para mí estar tan cerca de ella y no sentir nostalgia, mi cuerpo temblaba y mi voz interior me gritaba que me arrojara a sus brazos.

- ¿Qué más sabes de mí? preguntó llena de curiosidad mientras seguía haciendo sus deberes.

-que debes tener cuidado con tu primo y con tu tío Michael.

- Por qué, son mi familia, nunca me harían daño.

Me reí entre dientes mientras continuaba escribiendo en mi computadora, pero ella puso su mano sobre la mía haciendo que mi corazón se acelerara.

"Discúlpame por la patada que te di el otro día, no sabía que podría haberte lastimado.

-Vale, me lo merecía, pero creo que sería mejor que no me hablaras más, tu amigo Cristian no te dejaría.

-jajaja, ¿Quién, Cristian? Él es solo mi amigo porque se lo permito, pero no tiene control sobre mí, si estás libre esta tarde podría pasarte algunas notas, dijo haciéndome tragar saliva, pensé que no había oído bien tal vez así que dirigí mis ojos a su cara.

-Vale, por cierto, me gustaría que fuéramos en bici a dar un paseo.

"mmm, está bien", respondió mientras sacudía la cabeza afirmando.

Me emocioné cuando escuché las palabras de Mayelin, al menos el plan de Aiken estaba funcionando, así que esperé hasta que terminaran las clases para ir a la habitación, ponerme mis mejores ropas y sacar el dinero que había ahorrado para comprar una bicicleta, así que me dirigí allí.

Cuando llegué a la dirección acordada pude ver a Mayelin a lo lejos con un hermoso vestido blanco ceñido al cuerpo resaltando su hermosa figura, su cabello estaba suelto y su rica fragancia extendida hasta llegar a mi nariz.

"Espero que no hayas esperado mucho.

-Llegué hace menos de diez minutos.

- ¿Quieres que vayamos a comer primero? Pregunté ansiosamente, todavía estaba temblando mientras la miraba.

-Solo quiero un helado, hace demasiado calor.

Asentí y ambos fuimos a una heladería que estaba a unos cien metros de allí, pedimos un helado cada uno y así nos sentamos delante, verla disfrutar de un helado me hizo sentir fuerte y muy animado, haciéndome olvidar los días de encierro, pero quería ir un paso más allá y sin darme cuenta me llevé helado con cuchara y lo llevé directamente a La boca de Mayelin, que por un momento dudó.

-Alessandro no puedes hacer eso, tienes novia así que respétala.

- ¿Quién? ¿Aiken? En absoluto, solo somos buenos amigos. Dije, pero ella soltó una risa sarcástica.

- ¿Desde cuándo se besan los amigos? Ella preguntó, así que la vi con una sonrisa burlona.

- ¿Dime? ¿Estás celosa? Si es así, podrías preguntarle directamente.

- ¿Por qué estaría celosa de ti si no te conozco en absoluto?

"No sé, digo por tu comportamiento infantil.

Fue allí donde vi que ella tomó helado y me lo dio en la boca haciéndome sonrojar, el dolor me invadió y sus hermosos ojos me hicieron sentir avergonzado.

Su rostro angelical hizo que las horas pasaran demasiado rápido, tanto que no tuve tiempo de tomar notas, vi la hora y me despedí de Mayelin para ir a mi habitación donde Aiken ya me estaba esperando, tenía la mesa puesta y una buena comida preparada.

- ¿Hola Alessandro, dime cómo fue tu cita?

-Mejor que nunca, todo gracias a tu ayuda, me ayudaste mucho ahora dime ¿cómo puedo ayudarte? Le pregunté queriendo devolverle el favor.

"No podrías, incluso si quisieras", dijo Aiken con una sonrisa.

- Dime por qué no?

-Te lo diré porque ya somos amigos, mi nombre completo es Aiken Yolani Willson Vilanova, de la famosa familia Willson, una de las familias más poderosas de todo el país, mi padre quería que me casara con un viejo verde, pero mi corazón pertenece a alguien de la familia rival, los enemigos número uno de la familia Willson, la familia Hunter, el nombre del hombre que amo es Matteo Hunter, esa es la razón por la que mejor huyo de casa, no quiero casarme con nadie más que Matteo.

Mis ojos se abrieron de asombro cuando escuché las palabras de Aiken, no podía creer que pertenecía a la familia con la que había luchado en mi ilusión, pero lo que menos podía creer es que la familia del lado de mi padre realmente existía, Matteo y mi padre, si es que existían.

- ¿Queee? ¿Perteneces a la familia Willson? No es posible. Dije con asombro.

- ¿Los conoces? Aiken preguntó más asombrada de lo que yo todavía estaba.

No quería que supiera que pertenecía a la familia Hunter, así que sacudí la cabeza, tuve que esconderme todo lo que pude, porque solo me traería más problemas.

-Vamos para comer mejor porque mañana será un día muy largo, dije y así ambos asentimos y comenzamos a comer y luego nos fuimos a dormir.

La mañana siguiente llego cuando empezó a sonar la alarma de mi teléfono, ya eran las tres de la mañana y tenía que trabajar, después de entregar todos los periódicos volví a la habitación a ducharme para ir a la universidad nuevamente, pero de camino a la habitación recordé que era el cumpleaños de Mayelin, así que con el dinero que gané decidí comprarme un regalo, al principio no sabía qué regalarle a alguien que seguramente lo tenía todo, pero pasé por una juguetería y vi un osito de peluche que seguramente le gustaría mucho a Mayelin, así que con el poco dinero que había ganado lo compré, aunque sabía que tendría que soportar el hambre todo el día era un precio que iba a tener que soportar.

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