—¿Es del trabajo? — indaga mi esposo.
—Es una campaña publicitaria para el nuevo vehículo en el que estoy trabajando—. No me queda de otra que mentir una vez más.
—Apresúrate Aslan, tenemos que trabajar— le insisto para desviar el tema.
Él se acerca a la mesa y toma de su café, pero sus cejas me dic