Narra Ashley.
Tenía intención de notificarle a Aslan que estaría fuera de casa todo el día, así que había ido a su gimnasio ya lista para salir, pero al llegar soy testigo de un arranque de malcriadez de un rico al que nada le importa. Destrozó un teléfono celular que cuesta, no sé ni cuántos sueldo