Luego de que Enzo se enterara de aquella terrible situación no pudo esperar más y con excusas baratas logró salir sin la compañía de ninguna de ellas de la propiedad, a su alrededor llevaba hombres suficientes para no correr peligro.
—¡Iremos a visitar unos viejos conocidos! —exclamó Enzo mientras subió a su camioneta.
Mientras que Enzo iba de camino no podía pasar por alto que los minutos corrían en contra de ellos, lo peor era que Valery no iba a desaprovechar la oportunidad para acabar con la vida de sus hijos.
Las camionetas se detuvieron frente a una hermosa casa, Enzo descendió y lo primero que hizo fue llevar la mirada a su alrededor, esbozó una leve sonrisa y con la mano le indicó a sus hombres que lo acompañaran.
De la manera más educada posible Enzo llamó a la puerta, pocos segundos más tarde personal de servicio abrió la puerta para atender a Enzo.
—Buen día señor, ¿qué se le ofrece?—preguntó la empleada del servicio mientras observaba con asombro la cantidad de hombres q