Capítulo 3258
Doris dijo: —Nos conocemos desde hace más de tres meses, y sabes que hago ejercicio todos los días.

—Es poco frecuente dar un paseo relajado como ahora, disfrutando de la vista nocturna de la ciudad y viendo a todos precipitarse hacia vidas diferentes.

—Trabajé más horas de las debidas para hacer un viaje a Wiltspoon, y me llevó diez días ajetreados hacerme un huequito en estos pocos días.

Doris no dijo nada más.

Arturo se disculpó: —Te llevaré a comer algo.

—De acuerdo.

Los dos caminaron unos diez minutos hasta el parque, donde dieron un paseo, y cuando salieron había pasado más de una hora.

Arturo le preguntó a Doris: —¿Quieres ir a comer algo ahora?

—No, me siento mucho más cómoda, y me va a estar muy mal volver a comer. No importa, dejaré que me invites algún día cuando tenga ganas de comer.

Arturo no dijo nada.

¿Cómo podría invitarla a comer si dijo que no volvería a encontrarse con ella?

Nada, no importaba lo que ella dijera.

Arturo tenía miedo de que cuando ella estuviera de mal
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