Serenity respondió: —Tienes razón, pero tienes la oportunidad antes de que Arturo tome una decisión.
Doris sonrió y dijo: —Bueno, que disfrutemos de la comida y no hablemos de hombres.
—Vuestros maridos son buenos, y mencionarlos os hace felices, pero el hombre del que me enamoré no me ama, y mencionarlo me hace perder el apetito.
Serenity y Jasmine no continuaron con el tema.
No podían hacer nada para que Arturo cambiara de opinión.
—De hecho, mi viaje a Wiltspoon no estuvo sin recompensas. Conseguí dos amigas más. Tanto si Arturo y yo acabamos juntos como si no, seguimos siendo amigas, y no me podéis excluir.
Serenity se echó a reír.
Jazmín también se rio: —Cómo vamos a excluirte si dices eso.
Doris tenía una boca dulce y era muy buena diciendo palabras bonitas. Si no fuera la elegida por la abuela May, definitivamente Jasmine se mantendría alejada de ella.
—¡Qué bien! En la vida no todo debe ser amor, hay amigos y familia, ¿no? Yo tengo amigos y familiares, y soy feliz.
—Es verdad.