Isabela abrió los ojos y le puso los ojos en blanco.
—Leandro y Xisela están muy enamorados, no pienses tonterías que afecten a su relación.
Callum rio entre dientes y dijo: —Lo entiendo.
Leandro estaba casado y era feliz con su esposa.
Callum se tranquilizó por completo y no tuvo que preocuparse de que le arrebataran a Isabela.
Observó que la mirada de Leandro hacia Isabela ya no era tan ardiente como antes. Sus ojos se volvieron gentiles y serenos, y realmente consideraba a Isabela como su hermana.
Besó la mejilla de Isabela y le susurró: —Duérmete, voy a salir a correr y luego volveré para prepararte el desayuno.
—Axel lo hace mucho mejor, para cuando vuelvas, tal vez tenga el desayuno listo para todos.
—Está bien si quieres ir a casa de la tía Tanía a desayunar, yo voy a ver si Axel se ha levantado ya.
—El lunes se va a Annenburg, está muy lejos y tía Tanía no quiere que se vaya, así que estos días se dedica a pasar tiempo con la familia y a cocinar comida rica para todos.
Ante eso