—Pues, ya está, no te molesto.
La anciana no ocupó demasiado tiempo de su nieto.
Tras terminar la llamada, Zachary dejó el móvil sobre el escritorio y se recostó hacia atrás, apoyando en su silla negra giratoria, con la mano derecha apoyada en el reposabrazos mientras se frotaba la barbilla, sintiendo un ligero pico y dando cuenta de que tenía que afeitarse.
Elisa Stone y su esposa eran cada vez más íntimas.
¿Debería pensar en una forma de arruinar la buena relación entre ellas?
Dejando que las dos siguieran así y se hicieran buenas amigas, cuando él confiese su identidad a Serenity, una vez que Elisa se enterara de que Serenity era su enemiga de amor, seguramente se pondría furiosa e incapaz de tragarse la rabia, y se vengaría de Serenity.
Con él, no dejaría que Elisa lastimara a Serenity.
Zachary sólo se lo pensó y desistió de la idea.
No era un hombre incapaz de proteger a su mujer, así que ¿por qué iba a tener miedo de Elisa Stone?
No era gran problema que ellas tuvieran una buena