—Bueno. —respondió Callum con suavidad.
Los dos se dirigieron al comedor.
Después de desayunar, afuera llovía menos, pero hacía más frío.
Preocupado por si Isabela tenía frío, Callum subió de nuevo a buscarle un abrigo grueso y la vio ponérselo antes de salir con ella.
—¿Puedes llevarme a la floristería, cariño? Volveré a casa a mediodía.
—No hay problema, pero hace tanto frío y llueve que no creo que la florería esté muy ocupada, ¿qué tal si te vas a casa a descansar?
Isabela normalmente trabajaba en casa si no iba a la florería.
Sólo cuando había una reunión importante o cuando tenía que hablar de negocios con un socio muy valioso intervenía en personal y acudía a la empresa.
Normalmente, Leandro se encargaba de los asuntos de la empresa.
Ella confía mucho en Leandro.
Leandro también era muy fiel a ella.
Por supuesto, a Callum no le preocupaba que Leandro la traicionara porque, si traicionaba a Isabela, Callum haría que Leandro perdiera su reputación.
—Es por el mal tiempo que la flo