Diez minutos después.
Serenity se cambió de ropa y bajó las escaleras con Zachary.
Arturo y Abuela May estaban desayunando en el comedor.
Al ver entrar a la joven pareja, Arturo dejó inmediatamente de desayunar y se puso de pie: —Serenity.
Serenity se había acostumbrado al respeto que le tenían sus cuñados y también sabía que el respeto de todos hacia ella se debía a Zachary.
Le indicó a Arturo que se sentara.
—Abuela.
Serenity saludó a Abuela May.
Abuela May preguntó con cariño: —¿Te sientes mejor hoy?
—Es lo mismo que antes. No sé si mejorará en un mes.
—Definitivamente estará bien.
Abuela May miró a Zachary.
Serenity seguía vomitando así y su nieto mayor estaría muy angustiado.
—Seren, Zack se levantó temprano en la mañana para prepararte el desayuno —Abuela May sonrió—. También puedo disfrutarlo gracias a ti.
—Abuela, no digas eso. Mientras quieras comer, ¿quién de nosotros no se atreve a cocinar?
Zachary respondió a la abuela.
Arturo se quejó con Serenity: —Serenity, Zack es demas