Luna, aunque enfadada, llamó a su hermano y le informó de que viniera a casa a cenar.
—¿Por qué nos llama papá para volver a casa a cenar? ¿Ocurre algo bueno que vamos a celebrar?
Preguntó Eneko. Él y Luna normalmente vivían en sus villas respectivas y sólo volvían a casa a acompañar a sus padres en vacaciones.
—Kevin ha ido a visitar a papá esta tarde y se ha pasado toda la tarde pescando con él. Papá dijo que Kevin había pescado docenas de peces y que los va a asar para cenar, así que nos pidió que volviéramos y probáramos las comidas preparadas por Kevin.
Luna dijo estas palabras con un tono de resentimiento.
Kevin era el mejor en complacer a la gente. El padre de Luna no tardaría en sentirse tan engatusado por Kevin que existía la posibilidad de que revelara el secreto de Luna.
A su madre también.
Eneko sonrió y consoló a Luna: —Kevin sabe cómo hacer contentos a nuestros padres. Ya que papá nos ha pedido que volvamos a cenar, volvamos. Hace tiempo que no tomo unas copas con papá, t