“Dices que sacarás algo de comer, en el jardín me das algunas cucharadas. Mi salud es buena, comer un poco no me hará daño, solo quiero quitarme el antojo. En años anteriores, a esta hora comía helado dos veces al día”.

Para un amante de la comida, anhelar algo específico puede ser insoportable hasta que finalmente lo tienes en la boca.

No quieren esperar ni un minuto más.

Alejandro: “......”

Él adoraba a su esposa y realmente no quería negarle sus peticiones.

Pero el médico de la familia había dicho que durante el embarazo era mejor evitar cosas frías.

“Cariño, aún no hemos pensado en un nombre para nuestro bebé. ¿Se te ocurre alguno bonito?”

Alejandro cambió de tema, tratando de distraer la atención de su esposa golosa del helado.

Si fuera algo adecuado para ella comer, le daría tanto como quisiera.

Pero si no era adecuado, tenía que aprender a ser firme y decir que no.

“No hay prisa para eso, aún falta mucho para el parto. Además, no sabemos si será niño o niña”.

“Podemos pensar en