Luna podía hacer que uno de los guardaespaldas hiciera de chófer y llevara a Kevin de vuelta al hotel.
Pensando así, Luna respondió en voz baja: —Papá, no hay problema, pero no bebas demasiado.
—Sólo unas copas, tranquila. Y con tu madre aquí, no me dejará emborracharme.
Si Román se emborrachaba, Teresa tendría que ocuparse de él, pero ella no quería atenderlo y además, se preocupaba por la salud de su marido, por lo que normalmente no permitía que bebera.
Luna no dijo nada más.
Como sus padres invitieron a Kevin para la cena, Luna, que había querido irse después de volver para visitar a sus padres, no tuvo más remedio que quedarse en casa y esperar también a la cena. Pero aún era pronto para cenar, y ella estaba realmente aburrida y un poco incómoda allí sentada porque Kevin la miraba de vez en cuando.
Sin saber si estaba siendo sensible o si era la verdad, siempre sentía que Kevin la miraba con ojos inusuales.
—Luni, es la primera vez que Kevin está en nuestra casa, aún no es hora de