El sol de la tarde se filtraba a través de las cortinas blancas de la suite del resort, pintando suaves patrones en el suelo de mármol. El caos del desayuno finalmente se había calmado, al menos en el exterior. En el interior, las emociones aún hervían a fuego lento como tormentas tácitas.
Aria ayudó suavemente a la abuela Eleanor a sentarse en la suave cama tamaño king, ajustando las almohadas detrás de ella. "Ahí está", dijo en voz baja, colocando la manta en su lugar. "Necesitas descansar, abuela. Todo ese drama podría cansar incluso a una reina. "
La abuela sonrió levemente, aunque sus ojos traicionaron el peso en su corazón. “Gracias, querida.”
Aria se sentó en el borde de la cama, hojeando su teléfono. Las notificaciones de las redes sociales ya estaban llegando: susurros, clips y fotos borrosas del fiasco del desayuno. Damian y Selene ya eran tendencia en los rincones tranquilos de los blogs de chismes. Aria simplemente sonrió, pasando junto a ellos como si no le importara.