—Esto es gigante… —musitó Romina mientras contemplaba el gigantesco palacio en Qatar.
Habían llegado hacía unas horas donde guardias los recibieron y llevaron al palacio. Era momento de reunirse con la familia real en el comedor, donde compartirían un almuerzo.Las puertas dobles se abrieron y la familia Asghar se levantó de sus asientos y recibieron a Hasan Abadallah y a sus esposas con asentimientos de cabezas y leves sonrisas.—La paz de Allah sea con todos ustedes —dijo Hasan haciendo una reverencia y sus esposas lo siguieron.El primero en acercarse a saludar fue Bahir. Le cedió su mano a Hasan como saludo, y juntos asintieron. Las mujeres con sus respectivos vestidos e hiyab, le sonrieron al príncipe. Romina le guiñó su ojo y los dos se miraron con complicidad.El almuerzo fue agradable, las dos esposas de Hasan comentaron varias cosas con la reina y los hombres charlaban sobre negocios. Romina estaba en silencio porque ap