La risa que era peor que un llanto divirtió a Lucía.
—¿Por qué tienes esa mirada?
—Porque... —Polo dijo en voz baja—. Tú sufres y yo sufro.
Lucía sonrió y dijo en voz baja: —Tonto.
Polo le acarició el pelo empapado en sudor y le dio un suave beso en la frente.
...
Fuera de la sala de partos, los mayores llevaban mucho tiempo esperando ansiosos.
De vez en cuando, Ánsar se asomaba a la puerta del paritorio para echar un vistazo, aunque no había ningún hueco en la puerta.
Ana estaba inquieta. Había pasado por el dolor del parto, y ahora que su hija sufría el mismo dolor, estaba angustiada.
Rezó en silencio, dispuesta a darlo todo por la seguridad de de su hija y su nieto.
Sonny no sólo estaba ansiosa , sino con el vídeo del móvil encendido y Carlos, Estela y Carla esperando ansiosos en el otro lado.
En ese momento se oyó un fuerte grito y todo el mundo se levantó como electrizado y se reunió en torno a la sala de partos.
La enfermera no tardó en sacar al bebé bañado y darles la feliz noti