—¡Hermano Polo! —exclamó Samuel Baro, —¡Acabas de obtener licencia de matrimonio! ¿Por qué no vamos a algún lugar a celebrar con una gran comida?
Polo Juárez asintió con calma, —Sí, es hora de celebrar.
—¡Perfecto, entonces voy a reservar el hotel! —dijo Samuel Baro mientras sacaba su teléfono y miraba a Lucía García, —¿Qué te gustaría comer, cuñadita?
Todos comenzaron a discutir animadamente.
Polo miró serenamente hacia la puerta.
Esa persona parecía haber desaparecido.
—¿Qué estás mirando? —Lucía agarró su brazo.
Polo sonrió suavemente, besando su cabello y le susurró al oído, —Tú y los demás vayan al coche y esperen, voy a hacer una llamada.
Lucía se sorprendió por un momento, luego recordó que alguien no había aparecido hoy.
Era un asunto entre ellos, y aunque hubiera conflictos, deberían resolverlo por sí mismos.
Ella sonrió y le lanzó una mirada cariñosa a Polo Juárez antes de llevar a los demás al estacionamiento.
Una vez que se alejaron, Polo se quedó solo en la pequeña sala de