✧✧✧ Horas después. ✧✧✧

Los rayos del atardecer caían sobre Los Ángeles. El tráfico era denso, y el sonido de las bocinas se mezclaba con el murmullo de la ciudad.

En medio de todo este bullicio, se encontraba un automóvil oscuro, que avanzaba lentamente.

Freddy, estaba sentado en el asiento trasero, con los ojos hinchados por las lágrimas. Su pequeño rostro estaba arrugado en una triste mueca que le rompería el corazón a cualquiera, y su cuerpo temblaba mientras sollozaba.

Había pasado el día así, atrapado en una pesadilla que no parecía tener fin.

Por otro lado, Johanna Baker, la fisioterapeuta, intentaba calmarlo.

—Freddy, por favor, respira hondo, ¿de acuerdo? —dijo Johanna, tratando de sonar tranquila, aunque su corazón latía con fuerza.

El niño la miró con sus ojos grandes y brillantes, llenos de miedo. El silencio en el automóvil era tenso, interrumpido solo por los sollozos de Freddy.

Harry Cooper, el hombre que conducía, mantenía los ojos firmemente en la c