MAYO
No dormí. Dios sabe que no podía dormir. No dejaba de dar vueltas, pensando en qué haría cuando por fin llegara el día siguiente. Temía cada minuto que pasaba porque significaba que el tiempo no me favorecía. Quería mantener en secreto la tarea que Snuggle me había encomendado, pero eso me convertiría en una maldita hipócrita. Me había cabreado mucho cuando Edmond mantuvo en secreto su tarea y me tomó el pelo. Sería estúpido hacer lo mismo. ¿Pero lo era? El único propósito de mantener la tarea en secreto era simplemente que no quería llevarla a cabo. Eso me perjudicó. No era realmente engaño si no conseguía que Edmond hiciera la tarea mientras él no lo sabía. Pero habría consecuencias. Eso lo sabía bien. Snuggle encontraría algo para acorralarme. No me daría otra opción hasta que sucumbiera, pero ¿qué podían quitarme realmente a estas alturas? Mi casa estaba confiscada, y también todos los ahorros de mi vida. Céntimos y un techo era todo lo que tenía a mi nombre. Admitir que no t