Por otro lado
Después de salir de la casa de Ana, Lucas pensaba dirigirse a la empresa, pero David lo llamó de nuevo. Le comunicó que tenía que pasar por la oficina, y le pidió a Lucas que se dirigiera al hospital para estar al tanto de la situación.
Habiendo vivido dos intentos de suicidio de Silvia, Lucas no se atrevía a confiar esta responsabilidad a otros. Asintió y se dirigió nuevamente al hospital.
Al llegar, la cara desgastada de Lucas preocupó profundamente a Silvia.
—Lucas, debes estar cansado, puedes irte a descansar. No es necesario que haya tantas personas aquí preocupadas por mí.
Lucas negó con la cabeza.
—Estoy bien.
Después de todo, algo como esto había ocurrido, y moral y emocionalmente, él debía tomar una postura.
En su interior, Silvia estaba contenta, aunque no lo demostraba. Se percató de que Ana no había venido con él. Supuso que Ana aún debía estar masticando su orgullo.
Qué tonta podía llegar a ser esa mujer. En una situación como esta, si no es