—Ya no tienes que hablar bien de ella, no es la primera vez que conozco a esta Ana, ¿acaso no sé cómo es?
—Tía, ¿no estarás malentendiendo un poco a ella?
En cuanto a la actitud de Isabel, Silvia se sentía un poco alegre.
Aunque tenía opiniones negativas sobre Ana, después de todo, ahora ella y Lucas planeaban casarse, y si quería hacer algo, inevitablemente tendría una gran presión psicológica. Ser la tercera en discordia, después de todo, no es algo muy honorable.
Sin embargo, si la madre de Lucas pudiera apoyarla, Silvia pensaba que podría arriesgarse a intentarlo.
—¿Qué malentendido? Esa mujer, que no puede ayudar en nada, es lo de menos, durante el tiempo de su matrimonio con Lucas, estaba involucrada con Lucío, y tras marcharse, regresó para molestar a Lucas, yendo y viniendo entre dos hombres. Lucío incluso fue asesinado por ella. Como madre, ¿quién podría querer a alguien así?
Silvia no respondió, e Isabel suspiró de nuevo.
—Si Lucas pudiera encontrar a una chica como tú, estar