Capítulo 24
Después de ducharse, Ana, casi calmada, salió del baño. En ese momento sonó una llamada de Pablo y Ana contestó:

—¿Qué pasa, me ha llegado la transferencia?

—Ven ahora mismo a mi casa y te daré el dinero en forma de cheque. —Dijo Pablo con una expresión fría.

Ana se sorprendió un poco, pero no le dio mucha importancia, quizás Pablo se sentía desconsolado por darle tanto dinero y seguía intentando convencerla.

—Vale, ahora mismo voy. —Ana no dijo nada más viendo que él estaba dispuesto a pagar, colgó el teléfono, le contó a la criada que no la llamara para cenar y se marchó.

No tardó mucho en llegar a casa de la familia López en coche, y al ver el edificio, familiar pero desconocido, Ana respiró hondo y llamó al timbre.

La criada abrió la puerta, Ana entró y vio a Pablo sentado en el sofá, se dirigió directamente hacia él:

—Ya estoy aquí, ¿y el cheque? —Justo cuando Ana hablaba, Pablo le tiró un cenicero.

—¡Cabrón!, ¿tienes cara para mencionarme el cheque? ¡Tu escándalo está
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