Respete vecina.

Al oir estos pasos, ambos se separaron inmediatamente, pero Andrés al estar tan emocionado por haber besado a Blanca, no se dió cuenta que detrás de él había una cubeta de aluminio llena de suero apestoso, y al moverse tropezó cayendo sobre él.

Blanca, al ver esto empezó a burlarse de él, y la puerta del almacen se abrió bruscamente.

Este era Pablo, pues lo había enviado Don Juan para que Blanca se fuera a descansar a su casa.

Pablo al entrar, pudo ver algo sospechoso en ellos; se escontraban un poco despeinados, y sus labios estaban más rosados, como si hubieran estado comiendo helado. Él solo los miraba como extrañado, mientras sentía que se formaba como especie de nudo en su garganta,y no era para menos, pues el se derretía por Blanca.

— ¿Qué te pasa Pablo? ¿Por qué te quedas ahí parado como una estatua viéndonos?— Dijo Blanca entre risas, en tanto agarraba un gran trozo de queso con una mano y lo revisaba minuciosamente; y con la otra intentaba arreglar un poco su cabello.

Andrés,
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