54. Deseo y desesperación
Nuria
Caminaba de un lado a otro, con el violín mutilado entre mis brazos, como si, de alguna manera, eso pudiera evitar que me cayera. La madera estaba arañada, las cuerdas cortadas, el sonido... muerto. Era como sostener un pedazo de mi alma deshecha.
Jenna hablaba, mostraba vestidos, agitaba perchas, hacía todo lo posible por distraerme.
Pero yo no podía escuchar nada más que mi propia furia.
Quería desahogarme llorando. Dejarme caer al suelo, sollozar hasta que no quedara nada. Pero no.
No le daría ese gusto a Diana.
Esa loba maldita.
"Que el veneno de mis garras haga que su cuerpo grite de dolor toda la noche", bramé.
Jenna me miró asustada, probablemente sintiendo la vibración de mi loba, pero yo no dije nada. No necesitaba explicar una vez más los detalles de mi linaje. El azul de mi sangre ya era misterio suficiente. Los efectos de mis garras... no era momento de hablar de eso.
Respiré hondo y volví a mirar el violín. Mis dedos recorrieron su cuerpo con reverencia, incluso arr