274. Defiendo lo que es mío
Jason
El flash cortó el ambiente como una cuchilla.
Me levanté al instante, la silla arrastrándose con violencia contra el elegante suelo.
Mis ojos localizaron al intruso en un abrir y cerrar de ojos. Un lobo. Camuflado entre los clientes. Con una cámara aún en las manos y la sonrisa cínica de quien creía haber conseguido la imagen del año.
Pero él no contaba con la furia de un lobo que, incluso sin entender, ya consideraba a esa hembra... suya.
Avancé.
Él intentó retroceder, pero yo fui más rápido. Lo derribé con un solo golpe y me arrodillé sobre su pecho, inmovilizando sus hombros con mis rodillas. Mis garras se extendieron y fui directo a su cuello, gruñendo bajo, pero con una violencia que hizo que los clientes más cercanos retrocedieran en silencio.
"Ahora no pareces tan valiente", murmuré, cerca de su cara, viendo el sudor correr por su frente mientras temblaba.
"Lo siento... yo no sabía que..."
"¿No sabías?" La punta de mis garras cortó la piel de su cuello, una línea fina, su