245. Ajustes
Rylan
Caminé hacia el pasillo lateral de la mansión suprema con la intención de encontrar a Stefanos. Necesitábamos hablar sobre los últimos informes. Los rastros estaban cada vez más fríos. Y la culpa, cada vez más caliente.
Pero me detuve en cuanto lo vi.
Él estaba frente a la gran ventana, con Nuria a su lado.
Las manos entrelazadas. Las frentes pegadas. El dolor de ambos mezclándose en silencio.
Y lo entendí.
Ese era su momento. Y yo no tenía derecho a atravesarlo con más malas noticias.
Me di la vuelta sin hacer ruido y seguí por el pasillo opuesto, en dirección a la cocina.
Allí, encontré a Jenna riendo con Teodora, que acababa de regresar de su ausencia. Exploraban la nueva casa, y Jenna, siempre atenta y acogedora, se encargaba de presentarle todo, al fin y al cabo, era ella quien había asumido, por ahora, el puesto de Teodora.
"Si ya me parecía grande la mansión de la Boreal...", refunfuñó Teodora, abriendo los ojos. "Esta parece un castillo. Si me pierdo, ¿prometen buscarme?