219. Caja misteriosa
Stefanos
El camino a la mansión Suprema nunca me había parecido tan largo.
El coche cortaba la niebla de la mañana como una cuchilla, pero la sensación en mi pecho era que algo espeso y podrido se aferraba a cada respiración. La llamada de Mark aún resonaba en mis oídos. Una caja. Sangre. Miedo.
Llegué sin ceremonias, la puerta principal ya estaba abierta de par en par, los soldados en alerta, miradas tensas, todos retrocediendo al verme. No necesité preguntar nada. El olor ya me lo decía todo.
Johan.
Incluso antes de ver la caja, yo ya lo sabía. La sangre... ese olor específico de sangre mezclado con la arrogancia del linaje Varkas. Lo reconocería a kilómetros de distancia.
Pero ¿cómo? Él debería estar muerto, ¿no? Yo vi los pedazos, vi la destrucción...
Avancé por el vestíbulo, mis pasos resonando pesados. La caja estaba en el centro del salón, sobre la mesa de centro, envuelta en un paño oscuro. La madera estaba manchada. Reciente.
Mark me esperaba a un lado, tenso.
"Está sellada,"