Alaya Montenegro.
Tome mi teléfono y le marque a Said
— Gracias — Susurré apenas dejo de sonar el pi — Nunca nadie había hecho lo que hiciste hoy, muchas gracias Said
— Esto es solo el inicio — Lo oi decir — Pienso consentirte por el resto de mi vida Alaya, quiero que seas inmensamente feliz y quitaré del camino todo lo que te haga infeliz — Sonreí.
— Gracias — Volví decir.
La puerta se abrió era Sarah.
— De nada mi amor
— Debo irme — Susurré.
— Me llamas si necesitas algo?— Pregunto
— Si, lo haré
— Te mandaré a un guardaespaldas hoy y por favor usa el auto Alaya.
— Lo haré y si salgo te mandaré mi ubicación — Le dije antes de colgar.
Tome mis cosas y lo que necesitaba para poder ir al juzgado a interponer la demanda.
Suspire.
Aquí voy a qué mi madre posiblemente vaya a la cárcel o quizás toda mi familia entera.
Mierda!
Sali de la oficina y ahí estaba el abogado que el señor Christopher quería que se encargará de todo.
Lo entendía, no sabía si confiaba en mí pero de no ser así no