Capítulo 14.
Con el tiempo, comencé a escuchar fragmentos de noticias sobre Manuel.
La primera información me llegó de una antigua colega en la clínica de la manada, me contó que Manuel había logrado salir de prisión un año antes de lo previsto, pero a un costo devastador.
Su madre había vendido la casa familiar, la misma en la que yo había pasado innumerables noches cenando con ellos, pensando que era parte de la familia. Había vaciado todas las cuentas de ahorro, liquidado todas las inversiones y hasta vendido las medallas de guerra de su difunto esposo, para reunir el dinero de la compensación.
—Parece que envejeció veinte años de la noche a la mañana —susurró mi colega—. Cuando vino a hacer los trámites, sus manos temblaban tanto que apenas podía firmar.
Estaban completamente en bancarrota.
Pero los problemas de Manuel apenas comenzaban. Aún después de ser expulsado ese día por los guardias de Dominic, no había aprendido la lección. Mi equipo de seguridad me contó que intentó forzar su regreso